te gustan los labios
rojos.
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te encantó encontrarme con mis labios rojos, y da igual si eso fuese resultado o causa de que ese día nos acercásemos más de la cuenta.
aún guardo la rosa que me regalaste, te invito a mi casa a ver que la sequé. mantenerla todo este tiempo merecerá la pena.
ya ni siquiera existe donde te conocí y eso que volviste a dejarte caer por allí meses después.
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