domingo, 16 de octubre de 2011

Que ya me falta poesía en la estantería.

No consigo visualizar al enemigo. Nos han informado durante una semana sobre los avances que hacían las tropas contrarias. Nos han descrito a la perfección la forma de atacar a la que han sido fieles. No sabemos sin embargo como van a defenderse, no han tenido aún a un rival digno de hacerles frente. Han acabado con nuestras mejores tropas. Pero somos el Plan B. En número somos bastante menos que aquellos que creímos capaces de hacerles frente. Pero aquí seguimos expectantes y esperanzados en que lo que aún nos queda por ofrecerles sea suficiente o incluso más de lo que ni el mayor de los ejércitos expuestos, fue capaz de defender.
De arriba llegan órdenes de fiarnos solo de lo que tenemos ya, que no aceptemos ayuda de nadie y que por débiles que parezcan nuestros recursos ataquemos con ellos. Hemos esperado con ansia este momento. Hemos sido formados para mirarles a los ojos y contarles que la lucha empieza ahí.
En ese momento en el que lo tenga enfrente, en ese momento, que ya puedo casi tocar, en ese momento en el que tendré que valorar si todo lo que prometí es apto para la victoria.

Noto su frialdad, noto su agotamiento, noto sus ganas de acabar sin pena ni gloria, solo acabar. Y se me tensan los músculos.

Por aquí todo es distinto, aguardamos ilusionados, porque las oportunidades en la vida solo pasan una vez, como los trenes. Una vez. Y esta vez quiero ser yo quien se suba.

Esta noche ya es muy tarde y supongo que es hora de descansar. Las últimas noticias del vigía son que a lo lejos aún no se avista el peligro. De ser así me despertaría de inmediato.

A veces le encuentro el lado bueno a ser yo la que tenga el mando. Saber que todos contarán conmigo para la toma de decisiones. Aquellas decisiones que tan poco cuesta plantear y tanto resolver. Aquellas que no son competencia de los de arriba.

Los de arriba, aquellos que siempre están ahí. No sabes dónde ni cuándo, pero están.
Pero ellos no saben nada de lo que sentimos y padecemos por aquí. No sienten la ilusión y no pueden ganar nada puesto que tendrían que bajar aquí para poder perder algo y eso sería arriesgar demasiado.

Espero pocas bajas y muchos ánimos, para la próxima vez que coja este papel y bolígrafo.


"En la guerra y en el amor, todo vale y se comparte."

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