lunes, 3 de mayo de 2010

cerca de la multitud

Como llamar a las cosas por su nombre o montarnos en la montaña rusa, nos cuesta decidirnos, nos cuesta dar el paso, pero una vez que lo hemos dado no queremos parar.
Así empiezan mis nuevos días. Porque no es una vida nueva, llevo ya 19 años en ella. Sin embargo siento la novedad. Y porque retrasar algo cuando un pequeño saltamontes te está gritando desde dentro que es el momento.

Comenzó desde el final. No respire hasta que todo volvió a la tranquilidad de un día que ya había empezado mal. No conseguí cerrar los ojos, mi cerebro no paraba de trabajar. Vuelta y vuelta. Imagen tras imagen. Analizando todo lo que se podía analizar. Como un librito de bolsillo, pero de pocas hojas. Pasé, sin querer, una a una las páginas de muchos de los capitulos de lo que ha sido mi vida. Y me di cuenta de cómo en tan solo un segundo si nada lo impidiese podrían desaparecer. Al menos la mesa se quedaría coja, la chaqueta sin mangas, el coche sin rueda, el bolso sin asa, el puzle incompleto. Me costo darme cuenta que sin embargo hasta estos momentos te hacen experimentar sentimientos que sino es así es imposible llegar a conocer. Y así es como hoy, un mes después de mi 19 cumpleaños decido colocarme en una nueva linea de salida y comenzar la cuenta hacia delante. Tardé en dormirme y le pedí a mi madre que me abrazase hasta que eso ocurriese, por descontado lo hizo.
Necesité ayuda para cerrar los ojos, hoy sin ningún tipo de ayuda más que la del despertador abrí los ojos y sonreí. Los fantasmas ya no estaban.

No es que renuncié al pasado, es que aprendí de él y quiero poner en práctica todo aquello que aprendí.



Clara

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