miércoles, 19 de mayo de 2010

o comes, o dejas comer


te encantaba revolcarte en la arena, guardar secretos, cojerme a orcajadas y no parar de soñar.

planeamos infinidad de movimientos obtusos y aguados, redondos y cuadrados, dejamos que la forma la decidiese la cama.


pero hoy llevo todo el día recordando lo que no fue, supongo que es porque lo que ha sido se me va olvidando y lo que nunca ocurrío lo renuevo cada día. y más supongo aún que todo lo que nos dijimos perdurará siempre, porque ahora eres un ejemplo, eres la campanada de principios de año, la que no tiene uva.


he llegado a la conclusión de que ni yo he probado a todos los hombres de nuestro planeta, ni tú a todas las mujeres (no me ha costado mucho, la verdad. llegar a concevir esa idea) por lo tanto ni tu sabes como resultarán todas tu relaciones, ni mucho menos yo lo sé.


esta vez cerraré la puerta con sumo cuidado y te dejaré dormir, tranquilo, sin preocupaciones, soñando en quién tu quieras o en lo que quieras, y abrazándola, como solo tú sabes abrazar.

clara.

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